Para sintetizar la concepción de Ortega acerca de España, la historia utilizó una de sus frases: "España es el problema, Europa la solución". Su tesis afirmaba que España se había separado espiritualmente de los otros grandes países de Europa (Inglaterra, Alemania, Francia e Italia). Para explicar la desviación, aduce dos posibles motivos. Primero, la invasión de Hispania por parte de los visigodos. En segundo lugar, resalta el hecho de que el feudalismo nunca haya podido asentarse en España. Esto según Ortega, había inhabilitado a las mayorías de elegir a sus minorías dirigentes. La solución que propone entonces es que España se incorpore al resto de Europa y a la modernidad mediante la “unidad de destino”.
La idea de España de Gustavo Bueno se va a erigir diametralmente en oposición a la tesis orteguiana. Sí reconoce una oposición entre la península y el resto del continente, pero para él la solución es España. Teniendo en cuenta que para el materialismo filosófico la dialéctica como motor histórico no es entre clases sino entre estados, la idea de Bueno puede sintetizarse con el título de su obra más conocida: “España frente a Europa”.
Por último, tenemos a Carl Schmitt. Éste se ha mostrado reticente a tomar patrones que funcionen como ordenadores históricos. Alejándose del eje central de las dos primeras posturas (España separada de Europa), Schmitt va a decir, por el contrario, que “España es la esencia de Europa” y también el “último guardián de la Gran Tradición Cristiano-Europea”.
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